Más allá de la política: el patrimonio culinario compartido de israelíes y palestinos
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El conflicto palestino-israelí es una de las disputas geopolíticas más prolongadas y complicadas de la historia moderna. Gran parte de la fricción es alimentada por narrativas políticas que enfatizan la diferencia y la superioridad. La retórica de los líderes de ambos bandos a menudo subraya la división, como se ve en las declaraciones de figuras políticas como el liderazgo de Gaza que apunta a la destrucción del Estado israelí y Dror Eydar, el embajador israelí en Italia, declarando en una televisión nacional en Italia: "El objetivo es destruir Gaza. Quien amenace a los judíos tiene que morir".
Sin embargo, tales declaraciones solo sirven para aumentar la división, creando más barreras y quemando puentes en lugar de construirlos. La creciente espiral de violencia que se ha presenciado a lo largo de los años es un testimonio de ello. Dado que los líderes políticos no logran fomentar la paz y la unidad, uno podría preguntarse: ¿Son los israelíes y los palestinos fundamentalmente diferentes?
Una forma de abordar esta cuestión es a través del patrimonio culinario compartido de las dos comunidades. A menudo se dice que la comida es un lenguaje universal, que une a las personas a través de culturas y fronteras. Al examinar los platos tradicionales de israelíes y palestinos, vemos sorprendentes similitudes, enfatizando su historia y geografía compartidas en lugar de sus diferencias.
Tanto la cocina israelí como la palestina están profundamente arraigadas en la tradición culinaria levantina, abarcando un rico tapiz de sabores del Líbano, Siria y Jordania. Algunos de los productos básicos más queridos incluyen:
Hummus:
Una pasta aterciopelada elaborada con garbanzos, tahini, jugo de limón y ajo.
Falafel:
Bolas o hamburguesas crujientes y doradas creadas a partir de garbanzos molidos o habas.
Shawarma:
Tiernas rebanadas de carne, generalmente pollo o cordero, asadas lentamente en un asador vertical.
Kebabs:
Brochetas y carne a la brasa, una delicia para los amantes de la barbacoa.
Aceite de oliva, za'atar y aceitunas:
Ingredientes integrales que se abren paso en innumerables platos.
Tabulé:
Una refrescante ensalada de trigo bulgur, perejil, tomates y menta, con un sabroso aderezo de aceite de oliva y limón.
Hojas de parra rellenas:
Delicados paquetes de arroz, y a veces de carne, envueltos en hojas de parra.
Baba ganoush:
Una pasta ahumada para untar derivada de berenjenas asadas, tahini y un chorrito de limón.
Estos platos son apreciados tanto por israelíes como por palestinos, emblemáticos de una historia culinaria compartida que trasciende las fronteras políticas.
En esencia, mientras la política y las disputas territoriales continúan creando divisiones, el amor compartido por la comida sirve como un recordatorio conmovedor de las historias y culturas entrelazadas de israelíes y palestinos. Quizás, en el lenguaje universal de la comida, se encuentre un puente potencial hacia el entendimiento y, con suerte, hacia la paz duradera.